miércoles, 5 de mayo de 2010

Si te gusta jugar, ven, juega.


La habitación estaba cerrada con llave pero la ventana seguía abierta, la distancia hasta el suelo era de 3 metros. Nunca se le habia dado bien saltar, siempre caía mal.

Dentro se escuchaban golpes, gritos, forcejeos.

Salto, no salto, salto, no salto.

Un golpe seco y silencio. Alguien subia las escaleras. Muy deprisa.

Saltó sin pensarselo dos veces, se hizo daño cuando llegó al suelo pero podía correr, no paro ni un segundo a recobrar el aliento. Sabía que él era rápido.

Corrio hacia los arboles, era arriesgado pero era la unica forma de despistarlo.

No podia pensar en otra cosa que no fuera esquivar ramas saltar charcos y correr.

Otras pisadas hacian eco de las suyas y cada vez mas cerca.

Derepente no habían mas arboles, había llegado a el metro.

Tenía una sola oportunidad de meterse en uno de ellos y marcharse sin ser vista, pero débía actuar ya.

Se lanzó en una carrera desenfrenada hasta que llegó y subió.

Cuando iba a suspirar aliviada vio que él tambien había subido tenía que salir ya de allí.

Corrió hacia delante esquivando gente, él las esquivaba con una gracia envidiable. Cuando al fin salió tropezó pero había un grupo amontonado en la puerta y le costo un segundo mas en salir.

Segundo que no pensaba desaprovechar.

Demasiado tarde se encontraba de espaldas a la pared y él ocupaba todas las salidas.

Sus ojos eran dos témpanos de hielo, que te perforaban el alma, no debía mirar a sus ojos lo sabía, pero quería hacerlo con un deseo terrible que desconocia hasta ese momento.

No tenía nada que hacer frente a él, era mas fuerte.

Cuando al fin lo miró, un escalofrío la recorrio entera.

Estaba mirando defrente a la persona que mas odiaba en este mundo, pero... como podía ser ¿que tuviera tantas ganas de besarlo?
E*

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