No hacé mas que pensar en él, su sonrisa torcida muestra su mente macabra.
Una mente llena de pensamientos hacia él, de lujurias y pasiones nunca contadas.
Cansada de esperar de soñar de desear un mundo, que nunca volverá, que va a tener que olvidar.
Porque se consume a cada segundo como una mecha que llegá a su final, para quemarte y recorte ese mundo cruel.
Que como fichas en un tablero nos tiene a su merced.
Sacaló de tu mente dejaló estar ya.
Tu habitación es lo unico que vez mientras maldices a esas cuatro paredes que pareces odiar.
Apestas a rabia, impotensia y dolor.
Porque odias que te tenga a tu merced que seas suya con una mirada.
Siempre llorando en un rincón, asustada de la soledad, que te oprime y te transforma.
Eres como un papel que con el tiempo va envejeciendo.
Hasta ser desechado a un rincón, un rincón que temes.
Apestas a humo y no te importa tu sombra es el temor del montón.
Tu mirada es turbia, y tu cuchillo afilado, un cuchillo de verdades contrariadas.
Que se mezclan y confunden en un mar de dolor donde te ahogas sin remedio.
Asficiada por la multitud, que no entiende.
Lo que es sentir lo que tú sientes, al ver las sonrisas de tanta gente.
Suspiras y piensas que tu corazón debería dejar de latir, pero con tu último aliento juraste amarlo y ahora tus palabras te recaen resonando como el eco de mil voces.
E*
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