Mire a Taylor furiosa, furiosa de que me escondiera algo, y de que ahora me mirara apenada.
-Tú también estuviste en esa habitación, crees que no lo sabía , hoy tus gritos a través de la pared-dije.
En sus ojos atisbé sorpresa, se tapo la boca con las manos, y empezó a llorar.
No sé porque pero me marché de allí corriendo, al llegar a la otra manzana tomé un taxi, aunque no sabía bien a donde ir. No voy a decir que no se me paso por la cabeza ir a Rotfull pero al final le pedí al taxista que me diera una vuelta de media hora.
Eran las once aproximadamente y le dije a Elodi que me iba a quedar a dormir en casa de Taylor, asique tendría toda la noche y el día siguiente para mí.
Estaba casi segura de que Taylor conocía a ese chico, algo tendría que haber pasado esa noche, porque yo escuche gritos y golpes a través de la delgada pared.
¿Acaso se conocían desde antes?, ¿Y si se ven a escondidas?.
Eso ya era de paranoica pero podría ser, ¿no?.
Baje del taxi, que volvió a donde me recogió.
Al final armada de… algo, me dirigí a Rotfull.
Si vale acabé en casa de mi abuela Alma pero ya iría en otra ocasión, cuando supiera su nombre quizás.
-Hola Layla cariño- dijo Dorotea mientras me estrujaba.
-Hola, ¿está la abuela Alma?-pregunté mirando por encima de su hombro.
-Esos modales señorita, no se mira por encima del hombre-refunfuño.
-Cl…claro señora-dije , olvidaba lo estricta que era.
-Y si esta dentro en la cocina, donde si no-suspiró.
Me dejó pasar mientras cerraba la puerta, la casa en si era pequeña pero bastante acogedora, con un pequeño dormitorio a la izquierda, un baño, el modesto salón con tonos color crema y la cocina, la parte más viva de la casa.
En ella se encontraba la abuela, con la tele a todo volumen, y la ventana abierta dejando entrar el frío aire nocturno de la noche.
Por el día está llena la habitación de luz, por eso era la más acogedora.
-Hola tesoro-dijo la abuela con su voz dulcemente ronca.
-Hola abu- la abracé.
Desde pequeña tenía la manía de llamar así y no se me había quitado.
-¿Qué tal estas?-
-Muy bien, ya sabes allí se está bien-
-Deberías quedarte aquí sabes que estamos tirando cachibaches y ha quedado libre el trastero-dijo en tono persuasivo.
No me acordaba del viejo trasteros, pero la verdad es que no me importaría en el orfanato tengo mis movimientos muy limitados y ahora necesito muchos.
-La verdad no me importaría, me siento bastante sola allí-
-Pues está hecho, mañana Derek nos va a traer la cama y un escritorio, cómoda ya hay una pequeña, asique te puedes quedar sin problemas-sonrió.
-Gracias abuela-la estruje más fuerte y me fui al salón.
-Dorotea-grito la abuela-¿sabes qué?-
-¡Que paso!-vino corriendo.
-La niña se queda aquí a vivir-
No sonaba como el mejor de los planes pero a la abu nunca le importa si llego tarde mientras no esté sola, es decir perfecto.
Mientras yo veía una película ellas dos trasteaban en la cocina. Se escuchaban sus susurros.
-Se puede saber que haces, mira que poner t-o-n-e-l –suspira Dorotea- está claro que es t-e-l-o-n.
-Que vas a saber tú si siempre estas cosiendo como una vieja loca-refunfuño Alma.
-Loca aquí tú, siempre haciendo mejunjes de la botica-.
Y así toda la peli. Aunque lo de los mejunjes era verdad, se pasa las tardes viendo la Botica.
-Adiós abu y Dorotea-grité sobre el estruendo que tenían en la cocina.
-Adiós- respondieron al unisonó.
Cuando llegue a mi cuarto en Break Time mi maravilloso orfanato, me tumbé en la cama, eran las 12 y me habían castigado sin cenar, si como en las pelis.
Me aburría y no sabía qué hacer, suerte que no tenía hambre, metí la mano en el bolsillo de mi falda (otros de los motivos de mi arresto, ropa extravagante) y saqué un papel, era el que me dio él.
Me levante enseguida y cogí el móvil.
Marqué se número acostada de nuevo en la cama.
Al primer zumbido contesto.
-Hola…-
-¿Cómo te llamas?-inquirí.
Río.
-Josh, llámame Josh-dijo
-Josh…-susurré yo.
-Dulces sueños Layla- y colgó.
Solo se escuchaba el zumbido pero yo había caído dormida. No sin antes haber pensado, ¿estaba esperando mi llamada?, y…¿Cómo sabia mi nombre?
Bueno lo unico interesante es que me sentía atraída por él.
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