jueves, 15 de julio de 2010

Capitulo 6: ojos grises.


-Taylor no te lo vas a creer-dije motivada
-Te crees que no estuve mirando por la ventana, Ja-
-Serás guarra-reí.
-Y a mucha honra querida, ahora dime, ¿besa de cojones?-
-…No le besé-
-¡Serás idiota!, se te cruza un sex symbol y solo se te acurre no besarle-dijo poniendo los ojos en blanco.
-¡Calla!-
-Jajajaja-.
-Me voy torturadora mental-
-Adiós, monjita-rió de nuevo.
-Que te den-dije en la puerta-por cierto tu ropa esta encima de la mesa-.
Ya en el coche respiré tranquila.
Conduje hasta una playa que había por allí cerca. Como dije hacía calor, llevaba bikini, pero no había nadie así que tenía la playa para mí sola.
Salí del coche y lo bloqueé con la llave, iba a ir ya a la arena cuando escuche golpes en el cristal.
Venían de la parte de atrás del coche. Me asomé y lo vi a él.
Se puede saber que hacía en mi coche. Le abrí y le grito eso mismo.
-¡Se puede saber que hacías en mi coche!-grité.
-Tiene una explicación-dijo sofocado.
-¡Una explicación, estabas metido en la parte de atrás de mi coche, no sé desde cuando! ¿Qué explicación le ves?-.
-Visto así no la tiene, pero me cole en un momento loco-dijo.
-Claro en un momento loco, te metes en coches de gente porque…-
-¿Por que soy atractivo?, no sé, me gustas vale, ya lo dije-
Puse los ojos en blanco como haría la mismísima Taylor.
-Como te gusto me acosas escondiéndote en mi coche-suspiré- bueno me voy a la playa.
-Como que te vas a la playa, me cole en tu coche, no piensas hacer nada más-dijo confuso.
-Hace calor no tengo ganas de discutir-dije sonriendo.
La verdad es que su cambio era demasiado grande para mí.
El otro día era un chico misterioso que me daba su número y calle y hoy es un acosador loco.
Parecía apenado con mi respuesta así que no insistió.
Me puse bien cerca de la orilla y extendí la toalla azul marino que llevaba en el coche.
No había nubes en el cielo y el agua era clara como el cristal.
Me iba a quitar la camisa cuando escuche un carraspeo detrás de mí.
Miré hacia atrás con las manos todavía en posición de quitarme la camisa y estaba Josh.
Arqueé una ceja- ¿no puedes estar a menos de 3 metros de mi o te atraigo tanto sexualmente que no puedes marcharte?-pregunté sarcástica.
Bajó la mirada y se sentó en la arena al lado de mi toalla.
Me quedé en bikini y respiré la brisa marina.
-Sabes, a mí también me gustas-dije mirándole a los ojos.
Sus ojos se abrieron sorprendidos.
-Pero ahora me das miedo-añadí.
No se le veía alegrado sino más bien rendido como si mi sentimiento no fuera suficiente, o eso imagine.
-Son bromas no te deprimas, pero me asústate escondido en mi coche- le dije sinceramente.
-De verás que lo siento, es solo que…-dijo con las manos tapando su cara.
-No te preocupes-dije encaminándome a el agua.
Estaba fresca al tacto en mi piel ardiente, no solo por el sol cabe destacar.
Me zambullí y nadé un poco, estaba confusa y acalorada.
Confusa porque el chico que me atrae y pienso que me gusta estaba ahí, como esperando que le diera ese beso que le negué.
Y porque no, salí del agua y me recosté sobre la toalla. Si, no me atrevía.
Me miró como esperando, ¿leía la mente o qué?.
Me armé de valor y le besé, si vale estaba en bikini todavía empapada y colorada, ¿Qué podría ir peor?.
Puede ir peor si la parte superior del bikini se te suelta y tienes que agarrártela rápidamente.
Él río en mis labios, mientras me ayudaba a anudármelo y al terminar me sujetaba de la cintura.
Y si sabía besar de verdad, no como un adolescente que titubea si no enserio, mordiendo mi labio inferior en el momento adecuado y deslizando su lengua por él.
Estábamos sedientos el uno del otro y éramos consientes de ello en ese momento.
De repente estábamos más calientes que el sol, y eso era mucho decir asique pare. Pero el no parecía muy dispuesto a parar con lo que aprovecho mi titubeó y me empujo encima de él.
Ya no controlaba las riendas y tenía miedo de no poder parar.
Más teniendo en cuenta que estábamos en una playa a solas y no había nada que me distrajera a parar. En ese momento sus manos empezaron a acariciarme persuasivamente.
Despego sus labios de los míos un segundo y beso mi cuello.
-Deberías ser menos persuasiva-jadeo.
-Perdona, eres tú el que sigue cuando gesticulo para-jadeé a su vez.
El río y me beso de nuevo, nos giró hacia mi toalla y se colocó encima de mí.
-No deberías ir besando a la gente en bikini-me miró de arriba abajo-es demasiado excitante-susurró-aunque claro, es un consejo no tienes porque seguirlo.
Mis ojos grises buscaron sus ojos dorados, que se encontraron a medio camino a mis labios.

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