Salió por la puerta trasera con un portazo como despedida. Sus botas de combate dejaban huellas en la tierra humedecida por la lluvia nocturna.
-Abby espera- gritó desde la puerta otra vez abierta
-¡Vete a la mierda quieres!- se volvió rapidamente haciendo que el pelo negro le azotara el rostro.
Con pasos decididos pero con la moral baja siguió caminando sin mirar atrás, bajandole el sonido a los gritos que la llamaban con desesperación.
Rota. Así se sentía.
¿Cómo le cuestionaba si confiaba o no en él?, pensaba que cuando hablaron eso él entendería que le costaba demasiado. Que todavia le lloraba el corazón.
Pero no, si no te bajas los pantalones no hay confianza. Pues que te den Max.
-Abby, lo siento, no era mi intención decir eso- la agarró por el brazo dejandolos cara a cara.
-No Max, nunca es tú intención decir nada, súeltame- intento zafarse de su agarre en vano.
-Estoy hablando encerio, si dije lo que dije ahi dentro es porque estoy frustado- respondio escudriñando sus ojos esperando encontrar algo.
-¿Frustado?, oh lo siento, es comprensible teniendo en cuenta que no sabes como hacer que tu novia se baje los pantalones- dijo sarcásticamente.
-Joder Abby, ¿es que no entiendes nada?-se agarro la cabeza con las dos manos- estoy frustado de que no confies en mí de que nunca hagamos nada que pueda herirnos si algun dia acaba todo.
¿Por qué tienes miedo de amarme?, nunca nos besamos, ¿por qué?, tienes miedo Abby, miedo de que me aleje de ti, miedo de la soledad.
-No es verdad- dijo con lágrimas cayendo por su rostro.
-Sabes que si pequeña- dijo con ternura limpiandole las lágrimas con el pulgar- no tengas miedo de amar, ¿sí?- le agarró el rostro con ambas manos y apoyo la frente en la de ella- cierra los ojos.
Vale, ¿lo sientes?.
Claro que lo sentía, sentía sus manos agarrando su rostro, su respiración calentando sus labios,sus palabras resonando en su mente.
-...-
-No digas nada- le tapo los labios acallándola.
-No tengas miedo de amar, no hay nada mas bello y real. Tampoco le temas a la soledad, pues no es mas que muchos de los caminos que el amor nos hace atravesar. Ten miedo del odio, de la rabia,del desprecio. Sentimientos que nos alejan de lo que de verdad amamos. Y yo te amo a ti.
No hay nada que ame mas, por eso no pienses que lo único que quiero es acostarme contigo, porque quiero hacerte el amor hasta que grites mi nombre- le arrancó un beso de los labios aún calientes por su propia respiración.
Ella le miro a los ojos.
-No puedo amarte- susurró en sus labios.
-¿Por qué?- dijo conteniendo un jadeó de dolor.
-Esto no puede llamarse solo amor, no puede reducirse a una simple palabra-
-¿Por qué no?- dijo aliviado
-¿Acaso es posible describir con una sola palabra todo lo que sientes?-
-Sí, yo te amo-
-Yo te necesito, te deseo, aunque me haces sufrir pero me haces disfrutar, me haces soñar, me llevas a la luna con tus besos y todo eso y que no puedo describir en este momento o simplemente es indescriptible,¿ quieres que lo reduzca a un simple te amo?.
Él simplemente sonrio.
-No, no quiero que lo reduzcas a nada, quiero que me lo demuestres-
-¿Cómo?-
-Besame,acariciame, hagamos el amor, no dejes de mirarme, susurrames lo que sientes, dibujame ese cielo que pintas con tus dedos en mi espalda.
-Siempre y cuando tú me digas que me amas.
-¿No decias que te parecía insuficiente?-
-Aún asi ardo en deseos de que no pares de decirmelo-.
Al día siguiente la cama desecha, las botas en la puerta y las ropas a lo largo del pasillo contaron como la Luna y el Sol conocieron el nombre de Max esa noche.
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