miércoles, 30 de marzo de 2016

.Korol Rezni

Cuando algo se rompe y esperas al mañana para arreglarlo parece que los pedazos están muy alejados entre sí, y que tienes que caminar kilómetros de desiertos para poder reunirlos todos. Y que cada uno de ellos a vuelto a romperse en otros miles de pedazos que debes reunir. Entonces se transforma en un puzzle infinito de piezas que a su vez se rompen en más piezas, y más, y más, y más, hasta que te planteas si es posible volver a reunirlas todas y volver a recomponerlo.
Esa es mi duda, ¿puedo volver a recomponerlo, o es demasiado tarde?
Hay demasiada arena, y el viento de los años ha ido escondiendo las piezas, por lo que no se trata solo de reunirlas sino de encontrarlas, y ya no sé si es que no puedo, si no tengo fuerzas, o si me he rendido.
Y aunque por ahí diga que hay amistades que se pierden y nunca vuelven, que la vida no es un para siempre, hay cicatrices que no las cura el tiempo, y aunque aprendas a vivir con ella hay noches, días, momentos, instantes en las que duelen. Y por mucho que me lama las heridas a veces sangran, y no puedo más que dejar que lloren lágrimas de sangre, y soñar con un momento en el que se curen y pueda arrancarme esa espina que se entierra pero no me mata.

Supongo que daré otra calada a este cigarro, esperando que se cautericen estas heridas y dejen de sangrar.

Supongo que miraré a las estrellas y viviré del recuerdo cuando la frialdad de la noche haga que estas viejas heridas duelan...
Supongo que algún día ese recuerdo no será más que una bruma que se fundirá con el humo y ya no quedará nada.
Supongo que a veces el adiós más difícil es el que le haces a esa parte de ti mismo.
Supongo que a veces duele más que te regalen un perdón equivocado, a un golpe certero que acabe un todo.

martes, 29 de marzo de 2016

Free

"Destroy what destroys you"
¿Por qué?
Por qué destruir aquello que puede romperte en mil pedazos, que luego, tú, vas a recoger y volver a recomponer, uno a uno, pedazo a pedazo, para que cuando termines te mires en el espejo y descubras que no hay grietas, no hay fisuras, ni cicatrices...
Somos agua, somos el viento, somos intangibles.
Corazones elásticos.
Que le den al miedo, vivamos.

lunes, 14 de marzo de 2016

20

A veces, cuando me enfrento a esta entrada en blanco busco por la inspiración, las musas, algo que me ayude a escribir lo que siento; sin embargo esta vez no necesito nada de eso.
Cuando estoy en la playa y en silencio miro al mar me acuerdo de ti...
Cuando hay tormenta embravecido crea enormes olas que incluso al más atrevido de los hombres tendría miedo de montar, cuando está en silencio es hermoso desde fuera, tranquilo, una inmensidad azul que bajo la luz del sol, o bajo la luz de la luna brilla en diferentes tonalidades que te llevan a soñar, pero no hay que olvidar que aunque su superficie sea la más hermosa de las vistas en su interior se esconden miles de secretos, de tesoros, de criaturas maravillosas.
Aunque hay veces en que esa hermosa superficie nos engaña, y no muestra la corriente de su interior que furiosa, triste, agotada, incluso asustada se lleva todo a su paso, y por mucho que intentes mirar a través de ella no verás nada.
Pero cuando está en calma, cuando su interior resuena lleno de vida, de movimiento, las cosas que verás te dejarán sin habla, expectante de encontrar más, de profundizar más, olvidarás lo que es respirar y solo vas a querer andar entre su inmenso desierto de arena que a cada paso hace salir de su escondrijo a criaturas que a simple vista era imposible ver y que solo el resonar de tus pasos hará salir.
Cuando la luz del sol baña el mar y te hundes en su inmensidad y miras hacia arriba verás el sol refulgir de mil millones de maneras mientras acaricia las ondas que el viento crea, y entenderás como el mar ve el mundo de una manera completamente diferente, como transforma todo al verlo a través de un prisma único.
Y cuando estés cansado, de la vida, del amor, de ser, o incluso de no ser y entres en sus tranquilas aguas comprenderás que no estás tan solo y que el mar en su inmensidad, algunas partes llenas de cosas y otras vacías, te comprenderá y que sus aguas entrarán en ti y te refrescarán, te adormecerán en un vaivén de tranquilidad y por un momento, infinito o fugaz, te olvidarás y simplemente te mecerás. 
Sin embargo, cuando las olas surquen su superficie no desistas, porque en su interior verás que la vida sigue, que los tesoros no se han perdido, y al igual que en sus buenos momentos te acoge, no temas y cuando veas la ola venir sumérgete y descubrirás que saldrás ileso. No le temas al mar, respétalo, confía en él, pero sin olvidar que es una criatura salvaje, y que al igual que un lobo no debes tocar su pelaje sin haberte ganado su respeto antes, sin haberte ganado su confianza.
Y puede que el viento lo agité, que la luna lo haga subir y conquistar terrenos, puede que un cuchillo no pueda hacerle daño alguno, pero eso no quiere decir que no pueda sufrir, o que sea inmortal. Porque al igual que un día puedes verlo conquistar las arenas o las rocas de la playa más arisca, al día siguiente puedes verlo muy abajo, sin fuerza para luchar; pero no olvides jamás que cuando está perdiendo su fuerza es cuando más fuerte es. Y que cuanto más tesoros le robes, cuanto más veneno le eches a sus aguas, más fuerte resurgirá, porque al igual que el viento no le teme al dolor, ni a las cicatrices, porque no hacen mella en él.
El mar es inmutable, intangible, es como un gran universo que imparable no para de extenderse, de enriquecerse, de crecer.
Por ello, como viento que acaricia su superficie, como brisa que transporta la más hermosa de las sensaciones, y que deja a su paso mares de sal donde sus aguas no llegan, te advierto que el mar no es lugar para pusilánimes, ni para cobardes, y mucho menos para personas sin corazón. Porque la verdadera de las maravillas de mar, no se ven, se oyen, se sienten, se respiran, se viven.
Muchas veces podrás confundirte con un río que aunque fluye, tiene su camino marcado; o como un lago que a pesar de su hermosura vive en una prisión, o podrás sentir que tus envites a la costa son en vano.
Pero eres el mar, eres 20 tesoros ocultos en sus más profundos recovecos, eres 20 criaturas únicas que nadan creando hermosos cuadros, eres 20 tonalidades de azul, eres 20 secretos, eres 20 olas furiosas, eres 20 playas en calma, eres todas las playas, eres el mar, y mar solo hay uno por mucho que intenten ponerle nombres, por mucho que intenten dividirlo para intentar comprenderlo.
Eres Panthalassa.
Y todo aquel que intente cruzar tus aguas tendrá que pagar un precio, porque nadie puede pretender domar el mar y salir impune de ello. Eres la más fuerte de las fuerza, y a la vez la más débil, y es en esa polaridad donde radica la mayor de tus fuerzas,no te olvides nunca.


martes, 8 de marzo de 2016

00659 mknjnjñ´///el gato caminó encima del teclado//



Duele
Es como cuchillas en el pecho
Todo se va volviendo negro, y el negro se traga la luz
Y es duro, intentar buscar la luz cuando sabes que no puedes verla
Duele cuando no quieres romper el silencio, por miedo
Miedo a lo que pueda salir de tu boca asustada
Asustada porque hay tantas cosas no dichas 
Cosas que romperán el silencio con violencia
Me he perdido. 
Todo está tan oscuro que no puedo ver mi camino de baldosas amarillas 
y ya no sé si voy por el buen camino, 
o si estoy de pie delante de un precipicio. 
Por eso cada paso cuesta, 
cada palabra, 
cada sentimiento, 
cada emoción, 
cada bocanada de aire.
Respiro
y doy el paso
Y no sé si es la caída libre,
o
es que estoy volando;
pero por un segundo merece la pena,
por una milésima de segundo todo ese dolor,
esa agonía de vivir
se ve recompensada.

Soy libre 

y eso nadie, 
jamás, 
podrá arrebatármelo
por mucho que lo intenten
por mucho que chillen
lloren
golpeen
maldigan
anhelen.
Mi vacío es mío
y dentro de esa posesión, 
me doy cuenta de que mi vacío
es.

lunes, 11 de enero de 2016

/

Antes de salir fuera se puso la sudadera negra raída, el viento de la noche que se colaba por la ventana estaba helado.
 Recogió la caja de cigarrillos del suelo, estaba arrugada de tanto manosearla, y solo tenía tres cigarros dentro, suficiente.
Salió por la ventana a la azotea, el ruido de la noche lleno su cabeza y el viento le despejo, saltó el pequeño muro que lo dejaba justo en una cornisa desde donde podía ver la caída, el paso de los coches, las luces...

Apoyó las caderas en el muro, era bajo, y se encendió un cigarrillo con el mechero que tenía en los vaqueros. El humo lejos de relajarle, le daba la sensación de autodestrucción que necesitaba esa noche. 

Mientras el humo desaparecía en la noche ella saltó por la ventana, se quedó mirando su espalda  y el humo que desprendía su cigarro al consumirse, a veces sentía que eso es lo que él quería, consumirse como ese cigarro, desaparecer.
Se subió al muro en silencio, y se sentó detrás de él, su cabeza estaba a la altura de la de él dado que estaba recostado.
Sin inmutarse él la miró de reojo, y le sonrió, una simple elevación de una comisura, pero sabía que era una sonrisa.
Sin embargo, ella no se la devolvió le quito el cigarrillo de entre los labios, y le dio una calada, profunda, hasta sentir el humo en sus pulmones, hasta escuchar el chasquido del tabaco al consumirse en la noche y convertirse en humo.
-Ya veo lo que haces- dijo él en voz baja sin virarse, ni intentar quitarle el cigarrillo.
-¿ A sí?- dijo ella
-Sí- dijo él mirándola esta ve
z. Una mirada que decía que ya no podía ser salvado.
Ella rió en silencio.
-Ya veo, crees que quiero salvarte, quitarte aquello que te mata para morir yo- se quedo un rato en silencio, mientras le daba otra calada- pero te equivocas- no lo miraba, miraba a la noche, al cielo, a las estrellas- no, yo soy más egoísta, yo no quiero salvarte, yo quiero morir contigo.
Y eso fue todo, le devolvió el cigarrillo y se quedo allí sentada, detrás de él, viendo la noche convertirse en día. Y sin quererlo le salvo.