Ya son cuatro días aquí en esta cercana isla, pero a la vez tan lejos de todo lo que conozco. A veces siento una energía que rebosa de mi, sin embargo la mayor parte del tiempo hay un sentimiento que me oprime el pecho, supongo que es miedo. Miedo a una nueva etapa de mi vida en la que no solo dejo atrás a mis padres, mi hermano y a mis amistades mas cercanas e incluso a los conocidos. Sino que además vivo desde el punto de vista de dos personas que han pasado lo mismo que yo, pero no están en el mismo punto del viaje que yo por lo tanto no es lo mismo,
Nunca he sido una persona extrovertida, es más me cuesta mucho hacer amigos ya que al principio soy muy tímida, y hasta que no entro en confianza no dejo salir mi personalidad. Aún así solo he ido dos días ha clase-hoy no fui dado que los jueves son las "noches de fiesta universitaria" y acabamos a las 6am- y tampoco voy a hacer amigos de toda la vida en 3 horas de las que solo puedes interactuar 15 minutos. Simplemente espero que con el paso del tiempo este sentimiento de desarraigo desaparezca y me sienta como en casa aquí también, supongo que cuando te imaginas este momento ves a tus mejores amigas contigo y cuando eso no ocurre, aunque lo sepas antes, es un mazaso.
Pero bueno, es época de cambios, de crecer no solo en términos de independencia, sino también a nivel personal. Debo darme cuenta de que ya no soy esa niña que va a casa y su única preocupación es estudiar tres días antes; ahora debo preocuparme por el dinero, la casa, la universidad, los apuntes, no suspender, moderar la fiesta...
Pero bueno, la vida sigue y hay que seguirla con una sonrisa en la cara.
Nunca he sido una persona extrovertida, es más me cuesta mucho hacer amigos ya que al principio soy muy tímida, y hasta que no entro en confianza no dejo salir mi personalidad. Aún así solo he ido dos días ha clase-hoy no fui dado que los jueves son las "noches de fiesta universitaria" y acabamos a las 6am- y tampoco voy a hacer amigos de toda la vida en 3 horas de las que solo puedes interactuar 15 minutos. Simplemente espero que con el paso del tiempo este sentimiento de desarraigo desaparezca y me sienta como en casa aquí también, supongo que cuando te imaginas este momento ves a tus mejores amigas contigo y cuando eso no ocurre, aunque lo sepas antes, es un mazaso.
Pero bueno, es época de cambios, de crecer no solo en términos de independencia, sino también a nivel personal. Debo darme cuenta de que ya no soy esa niña que va a casa y su única preocupación es estudiar tres días antes; ahora debo preocuparme por el dinero, la casa, la universidad, los apuntes, no suspender, moderar la fiesta...
Pero bueno, la vida sigue y hay que seguirla con una sonrisa en la cara.
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