Aquí empieza mi día, un día normal, bueno no tanto mi postcumple por así decirlo. Tarde tranquila, lluviosa, me gusta la lluvia. Cuando derepente antes de que pueda darme cuenta las personas mas importantes para mí, aparte de mi familia, están delante de mi con una tarta de cumpleaños y cantando con toda su alma esa mítica canción.
Creo que me duele la cara de tanto reír, la sonrisa me llegaba de oreja a oreja, pero cuando pusieron ese vídeo tan bonito las lágrimas empezaron a salir.
Después de una de las mejores tardes de mi vida riendo, cantando, bailando y mil chorradas más he entendido esa frase que dice que en la vida lo que cuenta son esos pequeños momentos que nos llenan de felicidad.
Gracias, muchas gracias pequeños bichos míos por saber quererme como lo hacéis.
Aunque lo siento pero me van a tener que aguantar un poquito más.
Pero sobretodo no quiero que olviden que jamás de los jamases, las olvidaré, porque ustedes son las que me han enseñado lo que es realmente reír, ser comprendida, ser querida y sobretodo me han enseñado lo bello que es querer alguien, gracias por estar ahí siempre, sin ustedes no sería lo que soy ahora, aunque claro he aprendido de las mejores, ¿no?.
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