domingo, 8 de noviembre de 2015

X

Qué alguien me enseñe a extirpar sentimientos, aunque sea por una noche.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Army

Hoy lo que comenzó como un día normal, se convirtió en otro de esos días grises.
Como si no me hubiera chocado con la realidad mil veces antes, como si no conociera la sensación, como si todavía albergara esperanzas de un cambio dentro de mí.
Estoy harta, que les den, soy como soy, si quieres saber que pienso tienes que darme par de cervezas y quizás, entonces, me abra; o simplemente sentarte conmigo frente al mar y dejar que hable mientras las olas rompen.
Si piensas que no soy más que lo que aparento ser es que no te mereces más, así que que os jodan a todas esas personas que me habéis dejado de lado a lo largo de los años, que me habéis utilizado y tirado cuando más os convino.
Que le den a todas esas personas que no saben valorar una mierda a las personas, y que solo se preocupan por sus propios intereses.
Sigo aquí, y aunque a veces me tambalee, aunque a veces tropiece y caiga, quiero que sepáis que me importa una mierda, porque sé que puedo levantarme yo sola, y sino sé quiénes son las personas que de verdad van a estar ahí para mí, para acostarse conmigo en el suelo y decirme que mire a las estrellas, que no hay mejor sitio para observarlas.
Solo quería, por una vez, cabrearme de verdad, por una vez quería mandaros a la mierda, porque siempre fui demasiado inocente, demasiado "dulce", pero ahora ya lo entiendo todo perfectamente.
Y a esas personas solo quería decirles que:
"When I'm with you,
when I'm with you,
I'm standing with and army,
I'm standing with and army"

Gracias, pocas palabras dicen tanto y a la vez tan poco.

jueves, 8 de octubre de 2015

Por irónico que parezca


Me he dado cuenta que estoy peleada con el silencio. 

Hace tiempo que él y yo no nos sentamos a hablar, por irónico que parezca. 
Creo que lo he llenado de cosas, para no oír lo que dice, por irónico que parezca. 
Hay un silencio incómodo entre el silencio y yo, cuando nos quedamos a solas en silencio, por irónico que parezca. 
Hay una disputa silenciosa entre el silencio y yo, esperando cual va a ser el primero en rendirse, el primero en hacer un ruido para no escuchar al otro, por irónico que parezca.
Ansia, ansia de no escucharlo, ansia de silenciarlo, por irónico que parezca.
Miedo. Mucho miedo. Miedo a que el silencio se quede en silencio sin nada que decir sin nada que hacer, salvo devorarme en silencio, por irónico que parezca.
Silencio. Esta ahí, esperando, quieto, sin hacer ningún ruido, acechando, deseando ese paso en falso que me hunda en el silencio, por irónico que parezca.
Otra vez miedo. Miedo a que ese silencio nunca vuelva a ser el mismo silencio de antes, el mismo silencio que abraza sin palabras, aunque no suene irónico esta vez.
¿Qué irónico verdad? tantas cosas a las que temer en esta vida, y la más aterradora que me parece es la idea de que el silencio no sea solo silencio. La idea de que el silencio no sea un mar en calma, sino la inmensidad del espacio engulléndome.
Quiero reconciliarme con el silencio. 
Me gustaría sentarme en silencio y simplemente ser.
Me gustaría que el corazón no pesara tanto, cuando estoy en silencio. 
Me gustaría que el silencio no me diera la espalda nunca más.
Por irónico que parezca, tengo ganas de volver a reír con el silencio y que el corazón parezca más ligero, aunque sea por un segundo, por un instante, por una eternidad.
Por irónico que parezca me gustaría ser la chica que le canta al silencio cuando le pesa su silencio, por muy irónico que parezca.

lunes, 8 de junio de 2015

"Tengo mi camino de baldosas amarillas"

Lo peor de todo no son los actos, si no lo que destruyen dichos actos. Una de las peores sensaciones es la de pensar que alguien te respeta como un igual, como tú eres con ellos, y resulta que no es así.
Lo más irónico, es estar callada, en silencio, sin molestar, ni juzgar, ni pretender nada de nadie, y que luego se rían de ti en tu puta cara.
Hay momentos y hay personas, pero lo que no paso es que en las buenas todo sean sonrisas, y a las malas clavemos puñales.
Es otra vez lo mismo de siempre, me callo lo que siento y pienso, pongo a los demás por encima de mí, para que después te den la patada. Estoy harta de ese tipo de personas, harta de bromas.
"Estamos los que somos, y somos los que estamos", por suerte tengo a los míos, y los que sé que son por y para siempre, no necesito a personas que no dan una mierda por mí, y menos que no valoran lo que hago por ellos, y mucho mas doloroso lo que siento por ellas.

Es más, ni siquiera se merecen esta entrada.

domingo, 22 de febrero de 2015

Distancia

El único miedo que le tengo a la distancia es que parece congelarme el corazón, me sitúa en un estado de letargo donde no soy consciente de que el tiempo pasa, y de que las horas cuentan. Es como si estuviera viendo las cosas desde una pantalla, al mundo es una película y todo esta estipulado, pero no es así. Quizás por eso le tengo miedo, porque me hace olvidar que las cosas no se mantienen solas, que hay que luchar para que sigan como están.
Y que las personas no son los números que nos separan, ni las horas, ni los días, ni los motivos, ni las excusas, ni siquiera los "te echo de menos". Son las mismas personas que cuando estaban a tu lado.
Pero la distancia las hace parecer tan diminutas, como si no estuvieran, a veces parece que nunca han estado.
Por eso me da miedo, porque hace parecer que el corazón no me late y que lo que esta fuera de mi visión ya no es lo que era, o se a transformado en algo que no quiero mirar. Pero debo mirarlo, aunque duela, aunque reabra las heridas, y parta el alma. He de recordarme que a veces, y solo a veces, es bueno dejar de mirar lo que hay enfrente de mí y mirar lo que hay dentro. 
Descongelarnos el corazón un poco, que con este frío parece ir más lento, y hacer que sienta. Darle una pequeña descarga, y hacerle saber porque late, y que merece la pena.

sábado, 21 de febrero de 2015

23:27

Hoy es uno de esos días de autocompadecerme, de sentirme vacía, sin valor, como si mi paso por el mundo no fuera de importancia, simplemente una huella que se desvanece más rápido de lo que es notada. A veces, echo de menos como era antes de que no creciera este vacío en mí, como era poder llorar porque me sucedía algo, y no porque en realidad  me siento sola. Como si no encajara en ningún sitio.
Es como si tuviera miedo de desaparecer, de caerme en un agujero y quedarme allí para siempre, mientras todo siguen sin darse cuenta. Y lo peor, lo peor es que a pesar de las personas que me rodean nunca soy capaz de admitir este sentimiento, de decirlo en voz alta, de expresarlo, siento que debo ser fuerte, por alguna extraña razón debo estar siempre sonriendo, y sin preocupaciones. Por alguna extraña razón debo siempre esconder lo que siento, porque sino parece que estos sentimientos me van a desbordar, van a salir de mi con tanta fuerza que acabarán conmigo.
Y por fin me atrevo a decirlo -pensarlo- ya no tengo miedo a admitir que tengo miedo.