Lo peor de todo no son los actos, si no lo que destruyen dichos actos. Una de las peores sensaciones es la de pensar que alguien te respeta como un igual, como tú eres con ellos, y resulta que no es así.
Lo más irónico, es estar callada, en silencio, sin molestar, ni juzgar, ni pretender nada de nadie, y que luego se rían de ti en tu puta cara.
Hay momentos y hay personas, pero lo que no paso es que en las buenas todo sean sonrisas, y a las malas clavemos puñales.
Es otra vez lo mismo de siempre, me callo lo que siento y pienso, pongo a los demás por encima de mí, para que después te den la patada. Estoy harta de ese tipo de personas, harta de bromas.
"Estamos los que somos, y somos los que estamos", por suerte tengo a los míos, y los que sé que son por y para siempre, no necesito a personas que no dan una mierda por mí, y menos que no valoran lo que hago por ellos, y mucho mas doloroso lo que siento por ellas.
Es más, ni siquiera se merecen esta entrada.