martes, 8 de noviembre de 2011

Crónicas de una cowboy de ciudad 2

-Oye Layla, por qué no ayudas con estas cajas, no vendría de más-dijo Camile
-Sí, claro- dije cogiendo las cajas mientras mi coleta no paraba de moverse.
Cuando las subimos,todos;menos yo, dieron un suspiro de cansancio.
-Al fin chicos, colocamos las tiendas y a dormir- dijo Kayle efusivamente.
Sin que nadie se percatase como solía pasar cada vez que me marchaba bajé de la "casa árbol" a recoger mi mochila con la tienda dentro. La tienda era muy pequeña, lo justo para una persona, dos como mucho y no tenía cubierta solo una red para evitar a los insectos. Insectos,¿ya he dicho que los odio? porque los odio.
Justo cuando iba a coger la mochila y largarme aparece Josh de la nada, no me había fijado que no subió con nosotros
-¿Es costumbre tuya eso de dejar todo atrás o simplemente lo haces para verme?- dijo con una media sonrisa burlona.
Bufé y sin hacerle caso cogí mi mochila dando media vuelta. No se merecía ni una respuesta por mi parte, maldito engreído.
Escuché una risa mal disimulada
-¿Qué pasa?- dije curiosa
-Este bonito sostén- dijo añadiendo énfasis en sostén- no será tuyo por casualidad ¿no?.
Roja como un tomate se lo arrebate de las manos y me marché con paso firme.
-Oh, no seas así mujer, es muy sexy,si quieres puedo comprobar como se vería en ti-dijo medio riendo.
Le pegué con el en la cabeza.
-Maldito cerdo, largate-
Sin mirar atrás subí por las escaleras, esa maleta pasaba mas de lo que pensaba. Varias veces pensé que iba a caerme pero la escalera no era muy grande y conseguí quitarme la mochila y subirla, el problema era como subir ahora con semejante dolor de brazos.
-Cansada-susurró en mi oído.
Contuve un grito de sospresa y volví a respirar, sin darme cuenta había dejado de hacerlo.
-Casi me da un infarto sabes- dije con el corazón acelerado.
Se rió suavemente y pude notar las vibraciones de su pecho en mi espalda, definitivamente estabamos demasiado cerca.
-Bueno si no te importa subo- dije sin saber que hacer.
Subí los ultimos escalones temblando por su cercanía y me dediqué a colocar la tienda.
No debería haber mirado hacia la izquierda, el estaba preparando su tienda ahí.
Siete días durmiendo cerca de Josh con poca ropa debido al calor que hacia en esta zona era peligroso pero aunque odiara admitirlo por dentro saltaba de alegría.


Cuando cerré los ojos soñé con un lobo, esta vez blanco y negro estaba rodeado de nieve.Sin darme cuenta estaba temblando de frío.